*Análisis: ¿Porqué la alcaldía de Soledad es tan apetecible?
Intentemos hacer, en varias entregas, un análisis concienzudo acerca del proceso electoral que nos depara octubre de este año; para ello trataremos de desarmar y luego volver a armar el complicado mundo político del departamento del Atlántico empezando, obviamente por lo que muchos denominan, sin serlo, «el supermercado del voto», un oscuro, irónico y despectivo calificativo que, justificable o no, involucra al municipio de Soledad y todo lo que ello conlleva en materia electoral…
Por Guillermo León Pantoja
oledad, con toda seguridad, se encuentra entre los municipios más entusiastas del país en materia de elecciones. Para comprobar lo anterior solo hace falta observar fugazmente la cantidad de nombres que aparecen en el escenario político cada vez que se acerca un proceso electoral. Los denominados “precandidatos” a la alcaldía, personajes variopintos que -sin realmente tener ese status (el de precandidatos)- empiezan desde muy temprano a pavonearse en reuniones, redes sociales y ámbitos periodísticos, superan la docena y ello nos conduce a una pregunta sencilla pero inexorable: ¿Qué hace a la alcaldía de Soledad tan apetecible para ellos?
Soledad no es la gallina de los huevos de oro que muchos creen
Empecemos por desmitificar un par de aspectos fundamentales: Si el tema es de recursos económicos precisemos que aunque muchos piensan -e incluso vociferan- que Soledad es una especie de gallina de huevos de oro, en realidad no lo es ni por asomo. Su presupuesto anual, que no llega al billón de pesos, es bastante corto para la población que se estima vive en los 64 kilómetros cuadrados -que supone su territorio- y cuyo número de almas muchos especialistas calculan en más de un millón de personas.
De ese presupuesto anual, la mayor parte viene de la nación a través del Sistema General de Participaciones -SGP- lo que infiere que el mismo llega con destinación específica, es decir, para ser utilizados única y exclusivamente en salud, educación y saneamiento básico principalmente. ¿Qué si se puede echar mano de esos recursos? Pues no y sí. Me explico, al ser de destinación “específica” existe una estricta vigilancia por parte del estado en el uso de esos recursos, lo que dificulta cualquier maniobra dudosa, pero nunca falta el genio que se las arregla para echar mano de los mismos y desviarlos, casi siempre, hacia sus bolsillos, de allí que Soledad haya estado un montón de veces en el ojo del huracán en materia de desvío de recursos ocasionándole ello una mala fama nacional como “el municipio más corrupto de Colombia”, lo cual es a todas vistas objetable.
De manera que el alcalde electo en principio administrará pobreza; pero su séquito, mayoritariamente compuesto por expertos conocedores del tema -y dado el pavoroso aparato de corrupción que se yergue sobre todo el país- seguramente descubrirá la manera de desviar un gran pedazo del pastel hacia sus conveniencias, después de todo esa también forma parte de la manera de pagar los gastos de campaña; porque en Soledad ser alcalde cuesta más que lo que gastan dos y hasta tres senadores para ser electos en los Estados Unidos, me refiero a dos o tres millones de dólares, unos diez mil o quince mil millones de pesos. Una total barbaridad. Pero de eso hablaremos en otro artículo denominado “Cuánto cuesta ser alcalde en Soledad”.
Claro que también capta recursos por concepto de impuestos, pero el tributo local es bastante precario dadas las condiciones socioeconómicas de la población que es mayoritariamente pobre, estableciéndose un porcentaje de casi el 90% de la población viviendo en estratos 1 y 2, lo que obviamente se traduce en un impuesto predial que escasamente llega a 50 mil millones de pesos anuales; algo así sucede con el impuesto de industria y comercio. En conclusión, el municipio no genera los suficientes recursos propios para tener superávit, lo que se traduce en una constante zozobra económica, máxime cuando los recursos propios son manejados inadecuadamente y se ponen al servicio de las apetencias individuales o lo que es lo mismo, del robo a las arcas.
«Soledad es tan pobre que cada vez que alguien se roba algo alguien se da cuenta y es por eso que vive de escándalo en escándalo».
El voto de opinión, el sentido de pertenencia y la identidad cultural
Otro enorme obstáculo para acceder al poder municipal de manera cristalina está en la carencia del voto de opinión, fundamentado en un dramático rasgo de su población. La localidad carece de cultura endógena, debido a que la mayoría de sus habitantes ha llegado a este ente territorial proveniente de cualquier lugar de la costa o del interior, a lo que se suman hoy los retornados y hasta los hermanos venezolanos que han llegado a establecerse en esta especie de ciudad de nadie pero de todos, más que todo por su cercanía a Barranquilla. Esto no sería mayor problema si no fuese porque la falta de identidad cultural difumina el sentido de pertenencia por la ciudad, desestimulando con ello el anhelo de construir un espacio para todos tanto políticamente, como en términos de infraestructura y progreso.
Lo anterior se traduce en una especie de clientelismo político que ha prevalecido por décadas en el municipio, impactando negativa y gravemente en el porcentaje de votos de opinión que va a las urnas. Esto no significa que el voto de opinión sea inexistente, porque sería falso afirmarlo, pero se manifiesta en su más mínima expresión, lo que dificulta que una candidatura llegue al poder a través del entusiasmo popular sin que medre en ello el interés económico o burocrático, esto lo veremos con mayor amplitud en el artículo “Las tribus políticas de Soledad”.
De manera que la alcaldía de Soledad es, además de difícil, muy cara de alcanzar en comparación con los beneficios que podría obtener quien apueste por llegar al palacio municipal; a menos que aspire por una convicción ciudadana para brindarle verdaderas y alcanzables soluciones tanto a la gente como a la ciudad, o lo haga sencillamente para forrarse en billetes, afrontando después los bochornos y líos jurídicos que han acompañado tradicionalmente a los alcaldes que han sido electos popularmente en este rincón de la patria, con sus honrosas excepciones porque las hay.
En la próxima entrega: “Cuánto cuesta ser alcalde en Soledad”. Deja tus comentarios y con gusto los incluiré en el próximo artículo.