Otros temas de conversación: «El Cambio no es un Concepto Hueco»
«En este nuevo escenario, el Presidente viene construyendo las bases de un Acuerdo Nacional incluyente, sin odios, con reconciliación, que permita gobernanza, con amplitud de temas… No faltan quienes ven con horror que contradictores políticos se estrechen la mano, y anhelan sangre en la arena, vencedores y vencidos; tal vez hasta sin darse cuenta que riegan y abonan el odio, muchas veces pregonando bondad, caridad y derechos».
Por: Juan Altamar Santodomingo
os astros siempre se alinean y los tiempos de Dios son perfectos; son máximas o metáforas parecidas al “no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista”. Aquel 19 de junio nuestra democracia demostró civilidad ante el mundo, y giró con tranquilidad sin afectar sus reglas fundantes. Nueve días después, la Comisión de la Verdad en extenso relato contado por las víctimas del conflicto, nos recuerda que, desde la conquista, pasando por la colonia, luego la independencia para llegar a la República, hemos vivido horrorosos episodios de nuestra historia que nos impactan el rostro como una fuerte bofetada enfrentándonos a la realidad: hemos sido indolentes y pensábamos que esa guerra no es la nuestra.
En este nuevo escenario, el Presidente viene construyendo las bases de un Acuerdo Nacional incluyente, sin odios, con reconciliación, que permita gobernanza, con amplitud de temas. La convocatoria ha tenido acogida, porque los voceros autorizados de los partidos aceptaron el dialogo que recompone la presencia de las colectividades políticas, bien para respaldar, declararse independiente o asumir vocería de la oposición, por cuanto que las banderas anti partidos que esgrimió el candidato perdedor en campaña, quien declaró apoyo al nuevo gobierno, permite implementar un inédito esquema en el que la oposición se radica en cabeza del líder del partido de gobierno saliente, con acuerdo de dialogo permanente, que por la legitimidad de los concertantes, el Presidente Gustavo Petro y el líder Álvaro Uribe, quienes representan e influyen en la nación, se propicia un clima de concordia, muy necesario para generar optimismo.
El Informe de la Comisión, puede ser una oportunidad para sensibilizar los espíritus de todos, con la finalidad de trabajar compromisos y derroteros consensuados en el Acuerdo Nacional, para lograr una Colombia con vocación de Paz. Las dos situaciones se entrelazan y complementan.
Claro está, la época de las comunicaciones abundantes y libre albedrio súper reactivo, difunde desde todas las latitudes opiniones con pretensiones imperativas, que pregonan la continuación de confrontaciones, basadas en el pasado real o de fake news difundidas en las campañas. No faltan quienes ven con horror que contradictores políticos se estrechen la mano, y anhelan sangre en la arena, vencedores y vencidos; tal vez hasta sin darse cuenta que riegan y abonan el odio, muchas veces pregonando bondad, caridad y derechos.
Los dos temas son fascinantes y su ampliación será mayor cuando comiencen a aplicarse, luego de escribirse para la historia. La composición de los próximos gobiernos territoriales no estará alejada de los nuevos paradigmas políticos, uno de ellos es la votación espontánea por encima de las estructuras partidistas; otro constituye la construcción de Frentes o Coaliciones incluyentes pluralistas alrededor de propósitos que contribuyan al desarrollo del ente territorial, conformadas para atender los temas sectoriales, de servicios públicos, sociales, de medio ambiente y con la prioridad de adecuar y modernizar la estructura para lograr mayor descentralización, real planificación, gestión y administración de sus asuntos.
Ya aparecen; también en Soledad, muchos aspirantes legitimados por el derecho fundamental de la participación política, con sus lemas u autoproclamas que los electores -ansiosos del cambio- someterán a particulares escrutinios. El cambio no es un concepto hueco, porque el cambio evalúa a quienes, habiendo ejercido función pública, se les atribuye falencias, ineficiencia, malos tratos, mentiras e indelicadezas administrativas en todos los órdenes; seguramente porque incumplieron las normas legales y las treinta y una funciones indicadas para gobernantes locales en el Modelo ISO 18091 de 2014