Conversación Ciudadana Responsable: con Juan Altamar Santodomingo
Agua potable y alcantarillado, antecedentes y perspectivas del servicio en Soledad
“Los tiempos cuando el agua se recogía de ríos y afluentes o recolectaba en las lluvias, después íbamos a las llamadas pilas, en las que se hacían largas filas para recoger el básico liquido en unas latas de aceite ‘Viví’, que cargábamos a hombros con un palo y dos ganchos donde se sostenían los recipientes llenos que llevábamos a casa…”
Por: Juan Altamar Santodomingo
omo en la Milonga de Palito Ortega que hizo popular Rolando La Serie en ritmo de bolero, al cantar: ¡Hola Soledad!… Soledad Yo Soy tu amigo, ven que vamos a charlar.
Hay mucho que charlar por estos días, para exigir que de manera eficiente, eficaz, continua y de calidad se presten los servicios de agua potable, alcantarillado y aseo, atendido en las últimas dos décadas por la Empresa Triple A, hasta el último trimestre de este año.
Por la importancia vital del asunto, es pertinente que la ciudadanía tenga conocimiento y presencia en el tema, para que la decisión del actual gobierno sea acertada; ya que a futuro solo quedará levantar la bandera por su eventual éxito o sufrir los resultados gravosos, si es incorrecta.
Como se indica en los estudios académicos, ‘El Estado del Arte’ sobre el tema, este muestra un alto cumplimiento en el suministro y calidad del líquido precioso, pero también falta de cobertura para descargar las aguas servidas, precaria prestación en la recolección de basuras que afean la ciudad, andenes y caudales. Claro que, hace diez o quince años el asunto era peor, por muchas razones que toda la ciudadanía sabe, pero se trata de ser proactivo sin el acostumbrado señalamiento a los demás.
Muchos recordamos los tiempos cuando el agua se recogía de ríos y afluentes o recolectaba en las lluvias, después íbamos a las llamadas pilas, en las que se hacían largas filas para recoger el básico liquido en unas latas de aceite ‘Viví’, que cargábamos a hombros con un palo y dos ganchos donde se sostenían los recipientes llenos que llevábamos a casa. También se transportaba en burros y quienes podían, compraban el agua a los ‘carroemuleros’, o camiones de tanque. Era agua poco salubre y había que hervirla.
Llegó la época de las empresas públicas de agua y alcantarillado que, con el paso del tiempo, por los manejos inadecuados se volvieron ineficientes, paquidérmicas y barriles sin fondo del erario.
Luego el modelo de empresas de servicios privadas y mixtas por acciones asumió la prestación de los servicios, garantizando la ampliación de cobertura, mejoramiento de la calidad, continuidad y oportunidad, sin desconocer que hay falencias, pero que el desarrollo de nuevas tecnologías, las estrategias administrativas y herramientas normativas propician la implementación del mejoramiento continuo de estas empresas, generando satisfacción social, por el acceso colectivo a los servicios públicos básicos.
El ordenamiento territorial y las nuevas estructuras de planeación permiten la asociación de entes territoriales, para optimizar la complementariedad y subsidiaridad en la prestación de los servicios haciendo más eficiente la producción, lo que redunda directamente en el componente tarifario.
Volver al viejo modelo de empresas públicas con acueductos en cada municipio, comprometiendo gran cantidad de recursos para su construcción, operación, mantenimiento y funcionamiento, es llevar al ente territorial a la casi imposibilidad de sostener y suministrar el servicio.
La tendencia moderna en la prestación de los servicios públicos es el fortalecimiento asociativo entre los entes territoriales y operadores técnicos del sistema que garanticen la eficiencia, continuidad y plena satisfacción, que, para el caso de Soledad, se garantice el suministro de agua potable como prioridad, y no para calmar la sed contractual.
El asunto es muy serio, y a la luz de las experiencias conocidas en el territorio nacional e internacional, se amerita mucha sindéresis para evitar saltar al vacío.