CONVERSACION CIUDADANA: Un Foro Constructivo de Ciudad
Si el tema es serio, se debe estudiar a fondo la caracterización de la ciudad, sus potenciales, debilidades, fortalezas y oportunidades reales, para entender cómo se articula con la región y el país, sobre el cometido de las grandes estrategias de desarrollo social y estructural. Cuál es el potencial de ingresos, cómo se garantiza el buen manejo de los recursos; cuales son las prioridades en los diferentes sectores; que realidad socio demográfica se vive, o sea, la densidad poblacional comparada con otros territorios homogéneos, para motivar el interés nacional e internacional.
Por: Juan Altamar Santodomingo
l ejercicio de las Conversaciones Ciudadanas, ha sido recibido con agradable aceptación por sectores ciudadanos de diferentes quehaceres. Tan es así, que muchos expresan deseo de realizar un foro permanente, constructivo, respetuoso, para conversar, debatir y concertar temas de ciudad, o sea -pasado, presente y futuro a treinta años- pero también abordar temas de arte, superación personal, cultura ciudadana, cultura política, responsabilidad social, tecnologías, deporte, familia, y hasta buscar el por qué la décima, expresión poética de antaño, no se riega y entonces produce pocos frutos.
Por las características de nuestro municipio, la conversación sobre política y administración es diaria en los temas de servicios públicos, relaciones y alianzas de incipientes campañas, cábalas recogidas en las esquinas o tradición sociocultural de la palabra, presentadas como el súmmum, pero que falla cuando se “afirma” sin confirmación, pero con deseo, sobre la preponderancia de sectores o partidos políticos para colocar mandatarios locales. Hay una pléyade de personas que ya tienen logo y lema de campaña, otros afirman tener la bendición de los sectores alternativos o de fuerzas partidistas, éstas, poco receptivas si algún aspirante adelantado, anuncia que está ungido sin haber obtenido el guiño.
Es interesante cuando varias personas ofrecen disposición y vocación para servir con transparencia y capacidad por el desarrollo de una ciudad. Entonces, se presupone que someterán su historia ética-profesional, conocimiento, capacidad, preparación y antecedentes de servicio público, a la evaluación de la gente, para luego obtener legitimación ciudadana. Muy bueno, que por encima de la mecánica proselitista se haga el ejercicio de exponer en lenguaje propio, sobre el cómo caracterizan la ciudad; cuales son los proyectos estratégicos que se deben abocar a mediano y largo plazo -que es entre uno y cinco quinquenios- que visión y experiencia de su perfil se resalta para abordar procesos de participación, inclusión, planificación y ejecución de actividades. En fin, los temas que hacen reflexionar al ciudadano para forjarse decisiones libres, que le acercan a la realidad soñada de procesos participativos electorales.
Al parecer el tema es fácil, si de utilizar elementos comunes del proselitismo se trata; o sea, buscar apoyos ofreciendo lo que no se tiene y que nunca será de su propiedad, como es el bien público; prometer hacer hasta lo que no corresponde a las competencias de la entidad que aspira; ignorar que la gente nos ve y evalúa por sus percepciones, no por lo que uno diga o promueva de sí mismo; engañarse con mediciones direccionadas y auto controladas con sondeos denominados “encuestas” para mostrarse como quieren, olvidando que es, cómo nos ven los demás.
Pero si el tema es serio, se debe estudiar a fondo la caracterización de la ciudad, sus potenciales, debilidades, fortalezas y oportunidades reales, para entender cómo se articula con la región y el país, sobre el cometido de las grandes estrategias de desarrollo social y estructural. Cuál es el potencial de ingresos, cómo se garantiza el buen manejo de los recursos; cuales son las prioridades en los diferentes sectores; que realidad socio demográfica se vive, o sea, la densidad poblacional comparada con otros territorios homogéneos, para motivar el interés nacional e internacional.
Entonces se trata de Pensar el Desarrollo de Ciudad, que es concebirla organizada, preparada para dar soluciones a las necesidades de diversos sectores; abierta y participativa al diseño y puesta en marcha de escenarios temáticos que estimulen positivamente acciones sobre el medio ambiente, la sostenibilidad la verdadera participación ciudadana. Para esto, es fundamental saber cuál es el potencial del territorio desde la realidad, su papel articulado con el Área Metropolitana y el departamento del Atlántico. Pero la municipalidad requiere con urgencia implementar un sistema de Hacienda Pública moderno, que impacte las finanzas con procesos de recaudo, eficientes y eficaces y que todos los contribuyentes asuman su responsabilidad, sin privilegiar intereses particulares.
Hay tiempo para que los aspirantes repasen, fortalezcan y adquieran nuevos conocimientos específicos sobre la ciudad, porque aún falta mucho para el debate, y eso permite repasar, analizar, e identificar lo que la agente quiere, para así ofrecer un servicio abnegado y generoso, útil a la colectividad. Pero claro está, hay que hacerlo saber a la gente.