*Desarrollo Sostenible y Desarrollo Urbano: Estudio de caso: municipio de Soledad – Atlántico
En primer lugar, la ejecución del programa de regeneración urbana requiere de la legalidad en la ocupación del territorio; por consiguiente, el apoyo del gobierno local estaría encausado en la entrega de títulos de propiedad para la legalización de la tenencia de los predios.
Por Pedro Lemus Navarro
l acceso precario a vivienda y saneamiento en asentamientos informales de la región consolidan las bases de escenarios urbanos trágicos donde se presentan altas tasas de mortalidad, violencia y desorganización psicosocial. En Colombia, los asentamientos informales se identifican en la periferia de las ciudades o en zonas formales ocupadas de manera ilegal; en estos espacios la falta de servicios públicos, vías sin pavimentación, déficit de espacio público y zonas de contaminación repercuten en los bajos niveles de calidad de vida y dificultan la ejecución de planes de sostenibilidad urbana, no por la falta de disposición entre la comunidad y el Estado, sino por la ilegalidad en la ocupación de los terrenos y los riesgos de desastres identificados en estas zonas.
Los asentamientos informales en Colombia representan un desafío para los planificadores departamentales debido a su crecimiento en las últimas décadas. En la búsqueda de una vivienda digna y mejores condiciones de vida, las familias en el país han ocupado o, en algunos casos, comprado ilegalmente terrenos públicos y privados. En el caso del Área Metropolitana de Barranquilla, particularmente el municipio de Soledad, los asentamientos informales se convirtieron en un modo negativo de ocupar el territorio.
Es importante destacar que, el municipio de Soledad ocupa el sexto lugar en cuanto a población en Colombia y el tercero en la región Caribe después de Barranquilla y Cartagena. Asimismo, Soledad se encuentra entre las tres ciudades del país con mayor densidad de población por Km² (10.225 Hab/Km²); comparado con la ciudad de Tokio (Japón) la cual se considera la ciudad con mayor densidad poblacional en el mundo con 6.373 Hab/Km².
Con respecto a la población, Soledad también muestra indicadores de crecimiento muy por encima de las tasas departamentales y nacionales que sugieren un análisis particular. Entre los años 1973 y 2020 (menos de 50 años), la población municipal aumentó en 635.920 habitantes, además las tasas de crecimiento del municipio en los períodos de 1973-1985, 1986-1993 y 1994-2005 fueron de 8.09, 4.63 y 5.55, respectivamente; superando entre 3 a 6 puntos la tasa de crecimiento del Distrito de Barranquilla.
El área urbana del municipio se encuentra a su vez conurbado con la ciudad de Barranquilla. Su población casi en su totalidad urbana representa el 99,9%. El incremento poblacional de Soledad se debe a múltiples factores, sin embargo, uno de los que más incidencia tuvo fue el fenómeno del desplazamiento de familias víctimas del conflicto armado en Colombia y la violencia del narcotráfico que afectó al país en la década de los años 90. Según Polo (2013) el 65.9 % de la población del municipio proviene de otros territorios del país, quiénes inmigraron debido al desplazamiento forzado e invadieron las áreas periféricas del margen oriental de Soledad.
Por otra parte, la localización de nuevas infraestructuras y equipamientos en Soledad para atender la población de Barranquilla como el aeropuerto, terminal de transportes, central de abastos y el estadio de fútbol – ubicado en los límites del municipio – propiciaron la formación de nuevos barrios o urbanizaciones de origen formal y, en mayor medida, informal. Desde esta perspectiva, una solución que compila los principios de sostenibilidad urbana y puede reducir las problemáticas socioculturales y físico-ambientales que se presentan en los asentamientos informales del municipio de Soledad y otras ciudades del país es la implementación de programas de regeneración urbana.
La propuesta de implementar un programa de regeneración urbana se enmarca en los preceptos del desarrollo urbano sostenible. Teniendo en cuenta que, la transformación y mejoras de la habitabilidad de las viviendas en asentamientos informales del municipio y en el país abarcan temas de equidad y calidad educativa, fortalecimiento de la red de servicios públicos, salud y saneamiento, espacio público efectivo, vivienda digna y medio ambiente.
En primer lugar, la ejecución del programa de regeneración urbana requiere de la legalidad en la ocupación del territorio; por consiguiente, el apoyo del gobierno local estaría encausado en la entrega de títulos de propiedad para la legalización de la tenencia de los predios. No obstante, esta legalización de predios considera los factores de riesgos de desastres en la zona y titularidad original de la propiedad, en los casos que la zona ocupada deba desalojarse se garantizaría la reubicación de las familias.
La regeneración urbana busca la formación de un asentamiento humano inclusivo y accesible, por tanto, las estrategias que se planteen dentro de este programa permiten fortalecer la red de servicios públicos (amplia cobertura legal de agua potable, saneamiento y alcantarillado, gas domiciliario y electricidad) y la construcción de espacios públicos efectivos como parques, canchas y otros escenarios deportivos.
Asimismo, este programa incluye la construcción de equipamientos para el desarrollo urbano como nuevas escuelas, centros hospitalarios y bibliotecas comunitarias, y la adecuación de las vías en mal estado para la conectividad dentro del asentamiento.
Por otro lado, el mejoramiento de las condiciones de habitabilidad es una premisa de la regeneración urbana. En los asentamientos informales del municipio, las viviendas son construidas con madera, plástico, láminas de zinc, etc., que aumentan los riesgos por incendio o destrucción de la estructura por un vendaval.
De este modo, la intervención de las viviendas se debe realizar desde dos componentes: estructural y material. En lo estructural, las paredes, columnas y cubierta tienen que ser construidas para brindar seguridad, mientras que, los materiales utilizados deben ser convencionales como bloques de cemento o arcilla y cerámicas. Por lo anterior, la regeneración de un asentamiento informal es un proceso de desarrollo urbano sostenible en donde se trabaja para la consecución de todos los ODS.
Para concluir, la sostenibilidad del desarrollo urbano en la formación de asentamientos humanos requiere la participación y trabajo mancomunado entre los diferentes actores de la planificación del territorio. En ese sentido, arquitectos, urbanistas, gobernantes locales, instituciones y comunidad contribuyen a la formulación, consolidación y ejecución de programas enfocados en la construcción de asentamientos humanos sostenibles y eficientes. Para ser sostenible, un asentamiento informal, así como su transformación, debe planificarse integralmente de forma participativa, aprovechando al máximo el suelo urbano, como recurso no renovable, y garantizando, al mismo tiempo, mejores condiciones de habitabilidad en concordancia con el medio ambiente
(*) Arquitecto, especialista en Planificación y Desarrollo Regional
Mg. Desarrollo Social
Docente Universitario.