*En las clínicas disponen de los cuerpos y ordenan incinerarlos, aunque no estén contagiados
*¿Tráfico de órganos, teorías asociadas a la conspiración del nuevo orden mundial, negocios oscuros con las funerarias? Son algunas de las especulaciones que circulan por las redes sociales.
na serie de denuncias, muchas de ellas anónimas y otras con nombre y apellido, apuntan a la extraña “desaparición” del cuerpo de los seres queridos de un grupo de ciudadanos que denuncian la incineración de sus familiares tras producirse su deceso en algunos centros asistenciales, bajo el pretexto de no tener la certeza de si el fallecimiento se debe, o no, a causas asociadas con la peligrosa pandemia de coronavirus.
De acuerdo con lo señalado por familiares de estos fallecidos, luego de llevar a los mismos a centros asistenciales en Barranquilla y de producirse el deceso, estas clínicas, alegando que desconocen si la causa de la muerte es la COVID-19, proceden a autorizar su incineración inconsultamente. En otros casos se ha conocido que el paciente resulta ser negativo para el coronavirus y aún así se continúa con la orden de incineración. Cabe señalar que las edades de los fallecidos son disimiles involucrando, desde niños de pocos años hasta ancianos.
Son muchas las especulaciones que se han tejido en torno a este tema, las mismas contemplan desde presunto tráfico de órganos y teorías asociadas a la conspiración del nuevo orden mundial, hasta negocios oscuros con las funerarias; y no es para menos, debido precisamente a la falta de claridad en cuanto al protocolo adoptado por las autoridades sanitarias colombianas con relación a la disposición final de los pacientes fallecidos por la COVID-19 y si esta fórmula deberá aplicarse, o no, a pacientes cuya causa de fallecimiento es diferente al peligroso patógeno.
El dramático llamado de una madre
Yasilis Trespalacios Meneses, madre de un niño de 4 años de edad con parálisis cerebral que falleció el pasado 11 de mayo a las 7:30 de la noche en la clínica La Asunción de Barranquilla, debido a fallas cardíacas. Cuenta en un vídeo que rápidamente se hizo viral, que el doctor que le hizo el acta de defunción, colocó en la epicrisis de egreso que el niño era un posible COVID-19 positivo y que requería “ser cremado de manera inmediata por cuestiones sanitarias y legales”.
Trespalacios asegura que le pidió que esperaran el resultado de la prueba realizada al menor, y que al día siguiente le llamaron para decirle que el niño era negativo. “Me dicen que llame a la funeraria para ver si le dejaban enterrar a mi bebe, o por lo menos verlo”, cuenta la madre desesperada señalando luego que en la funeraria le dijeron que ya era demasiado tarde “porque al niño lo habían incinerado ya”, desde la noche anterior.
Se exige una explicación
Este es uno de los casos que a diario escuchamos y cuyos testimonios hacen llegar a la redacción de este medio por lo cual decidimos hacerlo publico formulando una pregunta a nuestras autoridades: ¿Qué está pasando? ¿Puede alguien vulnerar el derecho que tiene una madre a darle sepultura a su hijo, aún a sabiendas que no falleció a causa del Covid-19? ¿La emergencia nacional puede estar por encima de los preceptos fundamentales de nuestra Constitución Política y de nuestros Derechos fundamentales como seres humanos?
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