Colegio Carlos Meisel: ¡64 años de pasión!
Un colegio que ha dejado gratos recuerdos en distintas generaciones. Sus estudiantes de distintas promociones lo recuerdan con gran pasión y le rinden homenaje. – Cómo no recordar al Colegio de Bachillerato Carlos Meisel al haberse conmemorado en sus 64 años de fundación? .-
Por Wilber Fábregas Molina (promoción 73)
(Fotos- Duvis Romero Rojas- Archivos).
l pasado 1 de mayo el Colegio de Bachillerato Carlos Meisel, ubicado en el Barrio San Felipe de Barranquilla, cumplió 64 años de fundación en un terreno donado por un ciudadano de origen alemán de nombre Carlos Meisel, Inicialmente allí funcionaría el Hospital Infantil para Tuberculosos, lo que no fue posible por falta de recursos económicos.
En vista de que no se pudo lograr la misión en torno a la salud, se proyectó para que se construyera un centro educativo en el barrio San José, pero en ese sector tampoco se logró por diversas circunstancias lo que finalmente se planeó la construcción de la edificación dándose vía libre siendo un emporio de grandes profesionales en diversas carreras, quienes han prestado sus servicios a la sociedad no solo de la ciudad, en Colombia, sino a nivel mundial.
La apertura académicamente a sus labores se dio el 1 de mayo de 1959, beneficiando así a muchas familias, en su mayoría de escasos recursos, para que vincularan a sus hijos allí, con la finalidad de cumplir sus sueños, como era el alcanzar la meta de llegar a ser bachiller para seguir al profesionalismo en cualquier universidad y llegar a ser los hombres del futuro.
CO FUNDADORES Y EDUCADORES
Fueron cofundadores de la institución los profesores: William Salas Amador, José Olimpo Cera Castaño, Rafael Coronado Muñoz, Jesús María Acevedo, Rafael Perea, Alberto Pedroza B. Adolfo Bolívar, Francisco Javier Mejía, Darío Gutiérrez, José Manuel Hernández, Manuel Angulo Valdés, Federico Castro Caballero y Luis Cepeda.
El primer rector del colegio fue Manuel Vásquez Luján, siendo secretario de Educación Hernando Cepeda Roca y subsecretario Hernán Fortich. Fueron también otros rectores de la institución, Luis Felipe Palencia Caratt, Manuel Ignacio Osorio, Eduardo Pedroza Márquez, Judith Castro Vengoechea, única rectora que ha tenido el plantel, siguieron Fernando Núñez Cantillo, Cristóbal Ernesto Sanjuan Atencio y el actual es el licenciado Pedro Marriaga.
El establecimiento en la temporada referida, contó con un selecto cuerpo de profesores como: William Salas Amador, José Olimpo Cera Castaño, Rafael Coronado Muñoz, Jesús María Acevedo, Silvio Quiroz, Cesar Silva, Nelson Ríos Massó, Gonzalo Meléndez, Julio Ojito Palma ( autor de uno de los himnos de la institución), Carlos Figueroa, Virgilio y Pedro Vizcaíno, Aura Sierra, Francisco Yañez, Ramón Ahumada, Francisco Javier Coronado, José María del Castillo “ El poeta”, Esteban Esquivia, Lácides Molina, Gonzalo Meléndez Comas ,Rafael Salcedo, Silvio Quiroz, Carlos Rojas, Luis Javier Cruz, David Coronado, entre otros.
Única rectora
Contó esta institución con la docente y aguerrida mujer, Judith Castro Vengoechea, como su única dirigente del género femenino que llegó a dejar una imborrable huella por el manejo que le supo imponer, cuando precisamente el colegio atravesaba por diversas circunstancias ideológicas y ella con su gallardía y coraje enfrentó una difícil situación que existía entre el estudiantado y la cabeza visible anterior a su llegada por lo que se hizo presente acudiendo con decisión y empeño al llamado que le hiciera el entonces gobernador del Atlántico Antonio Abello Roca al nombrarla en ese importante cargo y ella aceptó por la amistad que existía entre su persona y el gobernante que desde un comienzo creyó en ella por su profesionalismo debido a su vasta experiencia, con planteles educativos como en: Baranoa, Santo Tomás, Galapa, Polonuevo, Palmar, Suan y Sabanalarga, municipio último donde desempeñaba sus funciones en la rectoría del Colegio de Bachillerato.
El estudiantado, sin embargo, estuvo a la expectativa con el cambio que el gobierno departamental anunciaba y en razón de ser la primera vez en que una mujer llegaba a dirigir a un plantel donde prevalecía una serie de ideologías entre sus educandos y el régimen masculino, docentes y alumnos imperaba.
Aparece entonces la figura femenina, esbelta con porte de ser una gran administradora lo que efectivamente ratificó al estrenarse como rectora con nombramiento en mano, para suceder en el cargo al entonces rector licenciado Eduardo Pedroza Márquez.
La presencia de la rectora, la “seño” Judith como se le llamó desde un principio fue necesaria de inmediato en el Carlos Meisel y el primer acto en que se necesitó la reconocida docente fue al acudir a las instalaciones del desaparecido escenario deportivo, el Coliseo Cubierto Humberto Perea, a donde la policía había trasladado del interior del colegio hasta allá a un buen número de estudiantes de la institución tras haber realizado varios actos de protestas pidiendo la salida inmediata del entonces rector Pedroza al considerar que habían muchos desaciertos en su cargo.
La recién nueva rectora Judith Castro quien conocía la problemática de boca del propio gobernador Antonio Abello al solicitarle que asumiera el cargo, pidió con respeto y potestad a las autoridades de policía la salida inmediata de los alumnos meiselistas, lo cual en primera instancia no logró, por lo que requirió la presencia en el Coliseo Cubierto del mandatario seccional llamado que fue atendido por el gobernante en forma inmediata , dándole solución a la problemática al recobrar la libertad sus estudiantes del plantel.
Sin embargo, la alta funcionaria no solo logró su objetivo de hacer que sus alumnos retornaran al seno de sus hogares, sino que atendió el llamado de otro grupo de estudiantes del Colegio de Barranquilla para Varones para que también lograra sacarlos de allí porque su rector de forma negativa no acudió al lugar por sus dirigidos en represalia porque ellos apoyaron de manera solidaria a sus compañeros del Carlos Meisel que pedían la salida del anterior rector. Ese acto ocurrió un sábado, un día antes de la celebración de la fecha de las madres, hecho que se dio a conocer en la ciudad, siendo considerada la primera gestión positiva de esta sobresaliente educadora.
Las generaciones de estudiantes, de las promociones de la década de los años 70 a 80, la recuerdan por su gran labor que realizó en la institución entre la que se destacó el acercamiento que tuvo al saber llegar a las masas estudiantiles que se encontraban divididas empleando el dialogo con los educandos.
Se le resaltó su labor al haberle brindado la acogida en el Meisel a estudiantes de otras poblaciones y regiones del caribe a quienes calificaban de revoltosos y ella los aceptó tal como eran; como una madre en su seno, como lo expresaba orgullosamente en sus diferentes declaraciones a la prensa local y ante rectores de otros planteles y gobernantes de turno.