*CONVERSACIÓN CIUDADANA: Lo primero es la Dignidad Humana
Ya no es dable referirse a quienes se encuentran en condición de discapacidad como minusválido, ni interdicto y mucho menos discapacitado; porque se debe entender que son personas que, por circunstancias congénitas o sobrevinientes, se encuentran en esa condición.
Por Juan Altamar Santodomingo
odos somos seres vulnerables, en un instante nos cambia la vida, sobrevienen situaciones inesperadas, lo que éramos y teníamos desaparece, solo nos queda la fuerza interna movida por la Fe para afrontar las nuevas realidades y salir victoriosos; cuando se logra, es un ejemplo de superación para mostrar a quienes decaen y pierden las esperanzas como consecuencia de las adversidades.
El Maestro Leandro Díaz, en su obra “Dios no me deja”, plasma la más bella frase del folclor vallenato refiriéndose a la adversidad al decir: “Si la vista me negó, para que yo no mirara; en recompensa me dio los ojos bellos del alma”.
Conversando con los ciudadanos del municipio de Soledad recibí un impacto durísimo que me hizo arder la piel y arrugó la sensibilidad al encontrarme con un amigo de la vida; éramos unos muchachos que las circunstancias sociales y familiares nos colocaron en los mismos entornos. Él, un comunicador versátil que se hizo a un nombre en prensa radio y televisión; trabajando periodismo con los mejores que aún permanecen. Una nefasta afectación de salud lo dejó invidente y su dura realidad lo conminó a reinventarse. Me refiero a Hellman Hincapié. Su realidad ha sido mostrada por sus colegas, aquí me referiré a su nueva visión.
Nos ambientó su proceso con nostalgia, yo lo observaba y recordaba a aquel muchacho delgado, bien vestido, que usaba cargadores y camisa manga larga, haciendo reportería desde muchos lugares de Colombia, o haciendo comunicación oficial del departamento de Santander. De un momento a otro, su relato se hizo jovial, alegre y lleno de optimismo. Contó anécdotas que les suceden a las personas en condición de discapacidad. Para exaltar la importancia de los valores inculcados en familia, nos comentó que una niña de unos siete años al encontrarlo tratando de atravesar una calle le dijo a la madre: “mamá podemos ayudar al señor ‘cieguito’ para que pueda cruzar”. Luego ambas lo acompañaron hasta donde iba a reclamar unos medicamentos.
Compartimos sobre las falencias urbanas en el municipio, que impactan y afectan a quienes la Convención Internacional de las Personas en Condición de Discapacidad, y luego la Ley colombiana, les garantizó la disminución de las barreras que dificultan el disfrute de sus derechos, lo que implica la obligatoriedad de las entidades territoriales a asumir el compromiso. Se trata de adecuar andenes nivelados y despejados, de implementar rampas en los cruces, de adoptar señalización visual auditiva y táctil, además de la disposición de semáforos inteligentes; de igual manera, debemos establecer una organización administrativa preferencial, así como la formulación de espacios propicios para el esparcimiento. Sin olvidar el fortalecimiento de la cultura ciudadana, para sensibilizar el respeto por quienes se encuentran en condición de discapacidad, en el entendido de que todos somos susceptibles de padecer alguna deficiencia.
Hoy en su deseo de no claudicar, el amigo comunicador asume nuevos saberes aprendiendo lenguaje braille y guitarra. Escucha más y reflexiona que es mejor la palabra respetuosa e incluyente, porque contribuye en la búsqueda de una sociedad menos violenta.
Comentamos que, por exclusión de la normatividad antes citada, ya no es dable referirse a quienes se encuentran en condición de discapacidad como minusválido, ni interdicto y mucho menos discapacitado; porque se debe entender que son personas que, por circunstancias congénitas o sobrevinientes, se encuentran en condición de Discapacidad: auditiva, visual, parlante, de movilidad, cognitiva o psicosocial, y quien les ayuda a superar esas barreras son personas de apoyo voluntario o declarado por un juez, denominándoles como “persona de apoyo” porque ya no existe la interdicción. Lo primero es la Dignidad Humana.